LIPOSTABIL VERSUS AQUALIX I

25.05.2012 09:30

LIPOSTABIL VERSUS AQUALIX I

La adiposidad localizada, hasta hace poco tiempo era de difícil resolución del desde el punto de vista médico estético. La única solución era la liposucción. Hace mas de 10 años se autorizó la fosfatidilcolina y hoy en día, tenemos a nuestra disposición unos medios químicos y protocolos de sustancias inyectables que han demostrado que pueden dar unos resultados técnicos evidentes muy cercanos a la cirugía, y han abierto una posibilidad en el ámbito de la medicina estética.

 

En poco tiempo, la medicina estética ha dado pasos de gigante para convertirse en un tipo de medicina altamente eficaz. Desde la toxina botulínica pasando por los rellenos y ahora, el Aqualix. Todo ello, en nuestro trabajo, nos permite crear unas prácticas y protocolos médicos muy avanzados en la resolución de problemas.

 

Según Páscuale Motolesse, el Aqualix no es una sustancia farmacológica sino una sustancia funcional, es decir, que determina un daño del tejido adiposo subcutáneo que debe ser calculado y debidamente controlado.

 

Las hipertrofias grasas subcutáneas localizadas primarias en las zonas trocantéricas o caderas, no participan del adelgazamiento del cuerpo cuando se realiza una dieta de manera directa ya que están condicionadas genética y hormonalmente. Estas no solo no se van con la dieta sino que incluso con el adelgazamiento se ven más. Con el Aqualix destruimos esa grasa localizada.

El tratamiento con Aqualix  no sirve para la celulitis.

 

El Lipostabil o fosfatidilcolina disuelve o solubiliza los lípidos, no el tejido adiposo, ya que la fosfatidilcolina es un componente de las membranas celulares y si solubilizara el tejido adiposo, querría decir que destruiría a la célula que lo contiene. En el 2005 se empezó con la experimentación con Aqualix y en el 2009 acaba su patente y comercialización.

 

Cuando se introdujo el Lipostabil se decía que la fosfatidilcolina activaba la lipólisis y que a través de la activación de la lipólisis se reducía tejido adiposo, cosa que  es absolutamente falsa. Según un estudio del ruso Kovac, decía que según obsevaciones en pacientes cardiológicos y con diabetes;  al mejorar la glicemia, la relación entre los receptores de la insulina y la insulina mejoraba; por lo tanto,  se deducía que si esta relación mejora, se produciría lipolisis. La membrana celular de fosfatidilcolina reduciría ella misma la vacuola grasa dentro del adipocito si esto fuera cierto, cosa que no hace.

 

Después de la inyección de fosfatidilcolina hay un proceso inflamatorio. En cambio, la lipolisis en si misma, como es la degradación de triglicéridos en mono y digliceridos es un proceso normal en el cuerpo que nada tiene que ver con la inflamación. Cuando adelgazamos no se produce por un proceso inflamatorio. Entonces, ¿Por qué hay un proceso inflamatorio? Pues porque no hay lipolisis sino una adipocitolisis, es decir, lo que hay es una destrucción de la célula adipocitaria incluyendo las membranas de soporte celular.

 

En las adiposidades localizadas de tipo primario, como en una cartuchera, no se reduce la grasa cuando se realiza una dieta porque los receptores de membrana en estas células adipocitarias son menos numerosos; y además, predominan los receptores α2 y pocos β. Y estos receptores α2 inhiben la lipolisis. En cambio en el tejido mamario ocurre lo contrario, hay muchos β y pocos α2. Hay teorías que dicen que en el embarazo aumentarían los receptores α2 en zonas primarias por un proceso prolactina dependiente, pero no existe disminución al incrementarse la alimentación. Respecto a lo dicho en este párrafo, tiene que haber una relación entre niveles de insulina  y mejora de la sensibilidad de receptores ya que con dietas proteicas (Ysonut, Pronokal …), he constatado reducciones de grasa a este nivel, tanto es así, que el nivel de cirugías que hago se ha reducido notablemente.

 

La fosfatidilcolina funcionaba porque producía esta inflamación. Si revisamos la fórmula del Lipostabil  nos encontramos con la fosfatidilcolina, el dihidroxicolato sódico que es un detergente que sirve para mantener líquida a esta fosfatidilcolina que en la naturaleza es sólida; el alcohol bencílico que es un conservante y finalmente la vitamina E que es un antioxidante. Si nos manchamos las manos de grasa y nos las lavamos con un detergente la grasa se disuelve y las manos quedan limpias. En la fórmula anterior, pasa algo parecido, el componente activo es el dihidroxicolato sódico y no la fosfatidilcolina.

Entonces, porque no utilizar el dihidroxicolato sódico sin fosfatidilcolina.

Se intento entonces poner en práctica esta teoría y se hicieron unas necrosis extensas en las piernas debido a que el dihidroxicolato sódico es difícilmente controlable, muy agresivo, muy líquido y además su vida media es muy larga; al cabo de dos días puede llegar a destruir el hueso.

En la fórmula del lipostabil, la fosfatidilcolina bloquea la acción del dihidroxicolato sódico estabilizándolo para su uso, y evitando así,  gran parte de su acción destructora, y su difusión a otros tejidos aledaños que debemos preservar.

 

Aqualix es una solución acuosa  y microgelatinosa que contiene azucares formando un polímero esponjoso que es absorbible. Dentro de esta esponja biológica hay una pequeñísima cantidad de dihidroxicolato sódico modificado químicamente, que le confiere, entre otras características, el tener una vida media muy reducida. Cuando esta solución se inyecta en el tejido a nivel subcutáneo se libera de forma gradual el detergente por la presión de cohesión ejercida por el  propio tejido (no por presiones osmóticas) produciendo una adipocitolisis controlada. Debe ser inyectado con una técnica de infiltración selectiva en la grasa (intralipoterapia). Posteriormente, sucede un efecto reparador semejante al que habría  en una liposucción.

La inyección de Aqualix debe ser muy lenta y durante 2 o 4 minutos no debe realizarse masaje ni girar a la paciente, porque entre los 2 y 10 minutos ya se ha resuelto todo.  La acción lítica del detergente dura un máximo de 15 minutos.

 No sería posible la embolización de producto si lo inyectamos en zonas vascularizadas  ya que destruyen directamente todo el tejido que encuentran, por lo tanto,  si se coge un vaso que estuviera presente en el tejido infiltrado, lo destruiría de inmediato, si lo pusiéramos en musculo produciría igualmente un daño; por ello, es tan importante tener una buena precisión en la técnica de punción.

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